Plafón 12 |
La luz de Gaudí
“Observando tiestos de flores, rodeado de viñas y olivos, animado por el cloquear de las gallinas, el canto de los pájaros y el zumbido de los insectos, y con las Montañas de Prades al fondo, capté las más puras y placenteras imágenes de la naturaleza, que siempre es mi maestra.”
Antoni Gaudí
La luz, en Riudoms, acorta las distancias. Produce un efecto mágico y místico. La genialidad de Gaudí es un producto de la contemplación de aquellas superficies, de aquellos colores, de su origen. Riudoms rezuma el regusto de la mediterránea. El pueblo que Gaudí amó recuerda con esta ruta la genialidad y el origen del artista.
El origen riudomenc de Gaudí lo proveyó de un amplio catálogo de imágenes e ideas. Esto le dio un gran sentido de pertenencia. Mantuvo siempre su vinculación con Riudoms y, cuando disponía de unos días libres, allí se escapaba. Solo la necesidad de dinero para su Templo de Barcelona fueron la causa de desprenderse de algunas de las propiedades familiares; otras las donó a su amado Riudoms.
Los Gaudí y Riudoms
Las diferentes generaciones de los Gaudí emparentaron con familias de Riudoms acomodadas: Forcades -ferrer-, Compte, Claveguera, Capdevila -manescal-, Molons, Sugrañes, Granada, Pujol, Tarragó, Gran -ascendentes del beato Bonaventura-, Montserrat, Pomerol, etc. También de otros pueblos: Reus, Vila-seca, Tarragona, Almoster, Botarell, Vila-rodona, Borges d’Urgell. Algunos de los matrimonios se hacían entre diversos miembros de las mismas familias. A lo largo del siglo XVIII, el apellido se va esparciendo por las comarcas próximas, Garrigues y Baix Ebre.